
Por Lic. Susana Meza Serrano
TIPAT
Se le atribuye al filósofo Heráclito de Éfeso (535 a.C. – 475 a.C.), la frase: “Lo único constante es el cambio”, y si bien “el cambio” es lo único constante en la historia del mundo tal y como lo conocemos, es un hecho que el siglo XXI en su segunda década, es quizás el tiempo con cambios más vertiginosos y un impacto directamente global y sin escalas, que va desde una “pandemia” hasta una guerra de aranceles que reta las cadenas de suministro a nivel mundial, sumando con ello a la materialización del espectro de una recesión y crisis financiera en varios países.
Es bajo este poco halagüeño escenario, que el bloque norteamericano (Estados Unidos, México y Canadá) enfrenta el presente 2025, con grandes desafíos ante los condicionamientos y declaraciones casi diarias del actual mandatario del mercado más grande del mundo, que enfrenta agresivamente a sus antes amigos, vecinos y aliados a un conflicto económico como medida de presión para “resolver” otros problemas, que si bien existen y tienen profundas raíces de origen social, fronterizo, judicial, migratorio, médica y criminal, por solo mencionar algunos, también es un hecho que forzar y/o presionar de esta manera las condiciones del T-MEC (Tratado de libre comercio entre México, Estados Unidos y Canadá), y a sus miembros dista mucho de ser la mejor forma de resolver un rompecabezas cuyas piezas efectivamente se relacionan, pero inciden en la operatividad comercial de todos los miembros de este Tratado y peor aún de los sectores industriales e indicadores económicos conectados directamente al proceso y desarrollo del T-MEC.
Con base a lo anterior y siguiendo la frase del filósofo Heráclito, quien decía que “Lo único constante es el cambio”, llegó el momento de cambiar las perspectivas y los horizontes buscando nuevos mercados y fortaleciendo las relaciones con naciones de otros continentes y latitudes. De ahí el surge propósito de este artículo para recordar y acercarnos a la región Asia-Pacífico, donde México tiene varios acuerdos comerciales y de cooperación firmados, entre los que destaca el TIPAT – El Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (en español) o CPTPP por sus siglas en inglés.
La región Asia-Pacífico, es una zona del mundo que se encuentra dentro o cerca del océano Pacífico occidental. Los países que la conforman varían según el contexto, pero casi siempre incluye la totalidad del Sudeste Asiático y Oceanía, así como gran parte de Asia Oriental.
El Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (TIPAT), es uno de los acuerdos más influyentes en el comercio global y por lo tanto es una oportunidad de mercado para México y los empresarios mexicanos en el ámbito internacional más allá del T-MEC.
El TIPAT, anteriormente conocido como TPP (Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica) y de acuerdo a las memorias documentales de la Secretaria de Economía en México, fue una propuesta de tratado de libre comercio entre varios países de la Cuenca del Pacífico firmado el 4 de febrero de 2016 en Auckland, Nueva Zelanda. El TPP buscó rebajar las barreras comerciales, establecer un marco común de propiedad intelectual, reforzar los estándares de derecho del trabajo, derecho ambiental y establecer un mecanismo de arbitraje de diferencias.
El TTP tiene sus antecedentes en el tratado inicialmente conocido como “Pacific Three Closer Economic Partnership (P3-CEP)”, cuyas negociaciones en la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) se realizó el año 2002 en Los Cabos, México, después surgió el Acuerdo P4, un tratado de libre comercio firmado por Brunéi, Chile, Nueva Zelanda y Singapur, que entró en vigencia el 1 de enero de 2006 y fue en el año 2008 que otros países se sumaron para un acuerdo más amplio, siendo: Australia, Canadá, Estados Unidos, Japón, Malasia, México, Perú y Vietnam, aumentado el número a doce firmantes.
El tiempo transcurrió y en el año 2017 Estados Unidos decidió retirarse del TPP, por lo que se procedió a un nuevo acuerdo, el Tratado Integral y Progresivo de Asociación Transpacífico (Comprehensive and Progressive Agreement for Trans-Pacific Partnership, CPTPP en inglés) ratificado en marzo de 2018.
Con base a lo anterior, nuestro país ha tenido la oportunidad de entrar a través del TIPAT a una de las regiones más dinámicas y prósperas del planeta, puesto que ha podido enfrentar los vaivenes de los últimos años a través de su visión en el desarrollo e innovación tecnológica, así como en políticas internas locales que le permiten superar de manera más eficiente las crisis en comparación de otros bloques comerciales.
Por los países miembros del TIPAT, México tiene proyección en 3 regiones geográficas diferentes brindando también acceso a 6 mercados importantes como: Australia, Brunéi, Malasia, Nueva Zelanda, Singapur y Vietnam, además que profundiza el acceso al mercado de Japón (donde ya teníamos desde el 2005 un Acuerdo de Asociación Económica (AAEMJ).
En conjunto y para fines de mejor comprensión de quienes forman al 2025 el TIPAT se enlistan de manera alfabética: Australia, Brunei Darussalam, Canadá, Chile, Malasia, México, Japón, Nueva Zelanda, Perú, Reino Unido, Singapur y Vietnam.
De acuerdo con datos de Latindex y publicado por el Gobierno de México, los países del TIPAT son fuente de más del 10% de la inversión extranjera directa recibida por México, de igual forma este tratado permite a las compañías mexicanas participar activamente en redes dinámicas de cadenas de valor más allá del Océano Pacífico, no solo en manufactura, sino también en el sector de servicios. El principal interés de México en el TIPAT son las reducciones arancelarias para la entrada a los 6 nuevos mercados arriba mencionados, ya que no cuenta con tratados bilaterales con ellos. Cabe resaltar que el CPTPP (siglas en inglés) busca incentivar a las compañías tanto grandes como PYMES.
Otro aspecto importante del TIPAT es la certificación de origen, la cual garantiza mercancía cumple con las reglas del tratado para obtener beneficios arancelarios preferenciales, un tema que México está padeciendo con el T-MEC, pero que el TIPAT ofrece como una buena alternativa en mercados nuevos y de gran valor, por o que la certificación previamente mencionada debe ser muy precisa y puede aplicarse según información de Aduaeasy México, para a un solo o múltiples embarques en un periodo de hasta 12 meses, por lo que es fundamental que se presente en el idioma adecuado, ya sea en inglés o traducido al idioma del destinatario.
Sobre el tema arancelario, el tratado ofrece trato preferencial a mercancías que cumplen con las reglas de origen, lo cual está comprendido en el capítulo 2 del tratado y se detallan en el Anexo 2-D, cabe decir que este tratado impide la imposición unilateral de nuevos aranceles, a menos que se cumplan ciertas condiciones, sin embargo permite acelerar la eliminación de aranceles ya establecidos.
El TIPAT es un tratado muy vanguardista, ya que no solo cubre en sus líneas temas tradicionalmente comerciales como son la normatividad y operación arancelaria, sino que aborda temas como el comercio electrónico y apoyo a las pequeñas y medianas empresas PYMES, además regula actividades de empresas estatales y la coherencia regulatoria, convirtiendo a este tratado en integral y avanzado.
Sin duda para nuestro país el TIPAT, se presenta como una gran oportunidad para diversificar mercados en el exterior e ir encontrando una manera natural, eficiente y real liberar la gran dependencia que tiene el comercio exterior mexicano con los Estados Unidos, una situación crónica, que en este momento tiene a varios sectores industriales, empresarios e indicadores económicos temblando tanto por la próxima revisión al T-MEC en el 2026, como por la dura e indebida posición del gobierno estadounidense con sus vecinos Canadá y México.
Países como Australia, Nueva Zelanda, Singapur, Vietnam, Japón, y todos los demás miembros del CPTPP, son economías que ofrecen grandes nichos de oportunidad a los mexicanos, quizás las distancias intimiden al pensar en los altos fletes a pagar por la vía aérea o bien el tiempo de traslado de una mercancía por barco, pero lo cierto es que son mercados con amplia experiencia comercial, cuentan con amplias plataformas de desarrollo tecnológico, logístico, bancario, financiero y de inversión, además que es posible manejar un hub logístico desde alguno de estos países abriendo con ello la posibilidad de crear una red de distribución en la región con comunicación directa desde México.
“Lo único constante es el cambio” decía Heráclito, quizás llegó el tiempo de cambiar de perspectiva y tomar la oportunidad que México construyó a través del TIPAT y levar anclas al Pacífico y más allá.