
En el marco del 65° aniversario del Instituto Nigeriano de Arquitectos (NIA), El Arq. Jose Luis Cortes, ex Presidente de la Unión Internacional de Arquitectos (UIA) felicitó a la institución por su trayectoria y compromiso con el desarrollo arquitectónico del continente. El Arq. Cortes destacó el rol central que los profesionales africanos deberán asumir para responder a los desafíos urbanos, sociales y climáticos que atraviesa la región.
Desde Abuja, sede del evento, el arquitecto mexicano puso de relieve que el futuro de la arquitectura africana presenta características diferenciadas respecto a otras regiones del mundo. En lugar de priorizar la ostentación o la tecnología de punta, el continente, dijo, está impulsando una transformación impulsada por la necesidad, la equidad y la resiliencia comunitaria.
Uno de los principales retos es revertir la pérdida de autoestima profesional y colectiva. “La valorización de los recursos naturales, culturales y humanos del continente es clave para fortalecer el papel del arquitecto como agente de cambio. La arquitectura debe ser concebida como un servicio público que dignifique a las comunidades”, señalo el Arquitecto Jose Luis Cortes.
Frente a una urbanización acelerada, que muchas veces ha ignorado el desarrollo territorial y ambiental, el arquitecto mexicano remarcó la urgencia de una planificación holística que contemple tanto a las ciudades como a los espacios rurales. La invasión de áreas agrícolas, la deforestación y la contaminación fueron mencionadas como efectos colaterales de un crecimiento urbano descontrolado.
En ese sentido, instó a redefinir la noción de competitividad desde una perspectiva local: “cada ciudad y país debe identificar sus fortalezas específicas, integrando tradiciones constructivas con innovaciones sostenibles”. Subrayo la necesidad de avanzar hacia una arquitectura que sea sostenible, segura, humana, inclusiva, equitativa, resiliente, saludable, asequible y bella.
La sostenibilidad, un término repetido, pero poco aplicado, fue uno de los ejes centrales en su discurso de aceptación y agradecimiento por el premio.
Para lograrla, se requiere una formación técnica actualizada, construcción bioclimática, y el uso de materiales ecológicos, promoviendo prácticas circulares y de bajo impacto ambiental.
La seguridad arquitectónica también fue abordada por el Arq. Cortes quien aseguró: “el desconocimiento del entorno urbano genera inseguridad. Diseñar en armonía con el barrio, con edificaciones que se abran a la calle y promuevan el sentido de comunidad, puede fortalecer el tejido social”.
Recalcó la urgencia de promover una arquitectura humana, donde las personas estén en el centro del diseño. La integración del espacio público, la cercanía entre vivienda y servicios, y la participación comunitaria son fundamentales para lograr ciudades habitables.
Asimismo, destacó la importancia de una arquitectura inclusiva, accesible a personas con discapacidades, niños y adultos mayores. Actualmente, una parte significativa de la población enfrenta dificultades para desplazarse en espacios que no han sido concebidos para todos.
Respecto a la equidad, denunció la disparidad entre zonas residenciales de altos ingresos y barrios populares, donde muchas veces faltan servicios básicos y mantenimiento. La transformación de los asentamientos informales debe pasar del discurso a la acción.
La arquitectura resiliente, adaptada al cambio climático, fue otro aspecto clave que abordó. En un continente vulnerable a fenómenos como sequías, inundaciones o calor extremo, los diseños deben garantizar condiciones saludables mediante ventilación natural, orientación solar adecuada y el uso de tecnologías pasivas.
En relación con la salud pública, insistió en que la arquitectura puede prevenir enfermedades si se enfoca en soluciones de saneamiento, infraestructura eficiente y ambientes limpios. La pandemia ha dejado claro que las ciudades deben prepararse para futuras amenazas sanitarias y climáticas.
Finalmente, reivindicó el valor de la arquitectura asequible. En África, donde los recursos suelen ser limitados, el buen diseño debe apoyarse en la creatividad y en el uso inteligente de materiales locales. La arquitectura vernácula fue señalada como fuente de sabiduría y belleza.
En conclusión, la arquitectura en África debe ir más allá de la construcción: debe ser un compromiso con la dignidad, la equidad y la belleza. En palabras de la UIA, el arquitecto africano está llamado a liderar con creatividad, humildad y propósito una transformación profunda que refleje la humanidad compartida y las necesidades emergentes del continente.