Estructuras arquitectónicas góticas

Por Susana Meza Serrano

Estructuras arquitectónicas góticas –  Oriente y Occidente unidos por un arco

Bóvedas de crucería, contrafuertes, arbotantes y arcos apuntados son las estructuras arquitectónicas más representativas de las edificaciones góticas ubicadas entre los siglos XII al XVI.

Cuando vemos esas altas e iluminadas construcciones, podemos observar cómo los rosetones y vidrieras desafiaron las técnicas y materiales de edificación que se empleaban hasta ese momento (piedra, barro y madera), pero esa innovación arquitectónica occidental posee gran influencia del conocimiento oriental, incluso los cálculos en los empujes horizontales que tienen los arcos apuntados sobre un muro tan característicos en el gótico, ya lo habían aplicado los cananeos, persas, asirios y egipcios, en sus construcciones desde el siglo IX.  

La bóveda de crucería, conformada por arcos de ojiva a modo de esqueletos tridimensionales utilizados durante el gótico, fue también una inspiración surgida de las construcciones que podemos encontrar en países orientales como Palestina, Jordania o Marruecos, por mencionar algunos, así como construcciones mozárabes, realizadas durante los siglos IX y X respectivamente. La característica de esta clase de bóvedas concede un soporte completo en diagonal permitiendo con ello que las fuerzas y pesos de las cargas entren a través de las columnas y no de los muros; revolucionando de esta manera el concepto estructural de las edificaciones, a tal grado que no sólo fue posible hacerlas más altas, sino que dio oportunidad a colocar vidrieras con el propósito de dar paso a la luz y consentir un ambiente místico e iluminado sin temor al colapso de la construcción. 

El estilo gótico se extendió por toda Europa, comenzando por Francia, permeando a Inglaterra, los reinos hispánicos, los Países Bajos, Alemania, Escandinavia, llegando incluso a Rodas y Chipre, todo ello significó una gran innovación y desarrollo para las configuraciones arquitectónicas durante el medievo, pero dicha evolución a su vez planteó mayores desafíos técnicos, porque al existir tal diversidad de estilos hubo quienes no solo buscaron construir una nave alta, sino que examinaron mayor versatilidad estructural bajo la edificación de naves laterales, dicho reto significó resolver los empujes de fuerzas en las bóvedas conservando, los ventanales; fue aquí donde los conocimientos matemáticos, físicos y geométricos puestos en práctica en el mundo islámico tanto en mezquitas como en palacios, influyeron directamente su aplicación occidental a través de pináculos, contrafuertes y arbotantes, enriqueciendo la arquitectura europea. Permitiendo que los contrafuertes adoptaran la forma de pilares adosados exteriormente al muro con un ancho creciente en su base, resaltando los arbotantes, los cuales podemos encontrar de forma rudimentaria en construcciones de culturas anteriores y que fueron utilizados en occidente, para soportar el empuje de los techos arqueados, albergando canales donde la lluvia podía descender evitando filtraciones por los techos y fachadas. 

Se piensa que, la transmisión de estos conocimientos arquitectónicos fue resultado del intercambio cultural consecuencia de las cruzadas, sin embargo, la evolución del estilo gótico es la contribución de la arquitectura medieval europea con la influencia de los elementos arquitectónicos característicos del islam (arco, cúpula e iwán). El arte arquitectónico islámico empleó una extensa variedad de arcos desde años remotos, como se aprecia en la Mezquita de Amr en Egipto construida por primera vez en el año 642, la Mezquita de Al-Aqsa, cuya edificación concluyó en el año 710 en Palestina y que puede albergar 5,000 personas, las Mezquitas de Samarra en Irak, realizadas a mediados del siglo IX, pasando también por la arquitectura de Medina Azahara, cuya fundación fue en el año 936. 

Las estructuras arquitectónicas góticas son un claro ejemplo donde convergen la riqueza cultural de oriente y occidente fusionando sus cálculos para llegar a lo más alto de un estilo que desemboca en una evolución de la arquitectura tan fina que es capaz de resolver a través de armazones de piedra no solo las cargas de un arco, sino también el paso de los siglos y el desafío de una intemperie que hasta el día de hoy nos permite admirar la belleza y precisión de estas magnificas e imponentes construcciones en diversos países europeos. 

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