Por Susana Meza Serrano

Feria Virtual 

La realidad promocional que nos alcanzó

El internet es hoy día la ventana más versátil, internacional y rápida, para acercar oferentes y consumidores alrededor del planeta; sin duda, el año 2020 será recordado entre otras cosas por ser el año que aceleró de manera vertiginosa las tecnologías de la información, a favor del comercio local e internacional, con el firme propósito de proveer continuidad a los negocios y favorecer el ciclo económico del mundo.  

Las ferias digitales o virtuales, han sido una de las respuestas más inmediatas para cubrir la necesidades de vinculación entre las empresas y sus clientes, enfrentando con ello los semáforos epidemiológicos y las restricciones de viaje derivados de las condiciones sanitarias que la humanidad sigue aun enfrentando en el vigente 2021. 

Una feria digital, sin duda tiene sus limitaciones, ya que los humanos estamos acostumbrados a la experiencia vivencial y sensorial que las exposiciones físicas comerciales ofrecen, pero bajo las circunstancias que nos aquejan y en el ánimo de seguir presentes en la mente del consumidor, una feria virtual es una realidad promocional que puede incluso multiplicar el número de participantes en un solo evento, debido a que el internet da un acceso, disponibilidad e internacionalización visual y auditiva, que ayuda a convertir a cualquier participante alrededor del mundo, en potencial cliente sin importar la distancia, por lo que una feria online da una mayor cobertura e impacto que una feria presencial.

Adaptarnos a estas nuevas formas de marketing, es directamente proporcional sobre el ajuste del producto y/o servicio que se va a exponer a un escaparate de esta envergadura, ya que sin la necesidad de desplazamientos físicos, e incluso con recursos limitados es posible atender una feria de esta clase, por medio de un software desarrollado por proveedores dedicados a la construcción de ferias online, es decir que se pueden compartir documentos, mostrar vídeos, tener conversaciones en tiempo real, asistir a foros, intercambiar tarjetas, incentivar a visitar el stand virtual por medio de regalos, e incluso cerrar acuerdos, aprovechando todas las ventajas que aporta Internet, con el objetivo de brindar al público algo más allá que el posicionamiento de una marca, es decir, que se buscará apoyar prácticamente de forma personalizada las ventajas y fortalezas del negocio a exponer, así como proyectar la disponibilidad y capacidad logística del mismo, todo ello pensado de manera estratégica para que en un “click” la experiencia virtual pueda ser lo suficientemente creativa para capturar el interés de los visitantes, y a la vez sea lo virtuosamente interactiva para convertir “una exploración o curiosidad” en una acción de compra. 

Tal y como se menciona líneas arriba, muchos son los refuerzos que se pueden utilizar en una feria y stand virtual, entre los que encontramos: podcasts, webinars, juegos virtuales, avatares, incluso motivar la compra directa mediante formas de pago en línea seguras y amigables, que inviten al curioso visitante a transformar una fría percepción de internet en una empática y novedosa experiencia convirtiendo su ordinaria exploración en una sorprendente vivencia digital, por ello, la estrategia online es hoy un rubro que ningún negocio del año en curso, deberá pasar por alto en su adaptación a los años 20’s del instalado siglo XXI. 

Afortunadamente, las herramientas en línea tenían décadas de venir construyendo plataformas con propósitos comerciales, lo cual permitió al marketing digital y en concreto a las ferias virtuales una flexible movilidad frente a la histórica pandemia que el mundo sufre. 

Las páginas web fueron el primer paso que muchas empresas aplicaron desde hace varios años atrás y que hoy son la base para continuar vigentes atendiendo no solo a sus clientes, sino que les permite poder participar en una feria online, ya que una buena exposición tendrá la creación de un sitio web específico para esta actividad, el cual no sustituye al sitio de internet corporativo, en otras palabras, el website de la feria, reforzará el website oficial de la empresa. 

Una vez creado el sitio de la feria, éste alojará los “stands” virtuales relativos a cada tema que se requiera promover, así como la información o experiencias interactivas complementarias. El sitio deberá contener una página de registro, con el objetivo de permitir el acceso, control y almacenamiento de datos sobre el perfil del visitante, con la ventaja de que una vez que comience su visita virtual por el stand, se podrán conocer en tiempo real el comportamiento del usuario, detectando mejor sus necesidades e intereses, con la posibilidad de atender cualquier pregunta o comentario casi en tiempo real, a través de los chats o cualquier otra herramienta de comunicación directa.

El stand virtual puede ser tan colorido, grande, dinámico y tridimensional, como la plataforma, el internet y la creatividad lo permitan, ya que al enfrentarnos a este mundo aún restringido por un virus invisible que no da tregua, limita calendarizar y planear de manera contundente ferias presenciales, por lo que aún y sus limitaciones sensoriales, participar e invertir en una feria y stand virtual puede ser una experiencia novedosa para el vendedor y el comprador, planteándose como un plan alterno que permite flexibilizar y expandir la promoción del producto y/o servicio  a una escala mayor y dinamismo fructífero. 

Desde el año pasado algunas firmas y sectores decidieron participar en ferias virtuales, incluso foros tan importantes como el Asia-Pacific Economic Cooperation – Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) 2020, celebrado en Malasia, que además de ser ventana de la región del mundo con mayor índice de innovación y progreso económico, permitió el acceso a una feria virtual en donde los visitantes a través de una clave de acceso, pudieron desde su computadora y sin moverse de su país, hacer recorridos por los pasillos virtuales que crearon para cubrir la necesidad de acceder a los stands virtuales y ver las novedades que nos tenían preparadas.

Por otro lado, tenemos ejemplos en el mundo de la moda, el cual buscando sobrevivir a los embates de los tiempos, ha propuesto pasarelas y ferias textiles virtuales, que de manera creativa nos invitan a los interiores de escenarios producto de la fantasía, y entre luces, contrastes e incluso elementos tridimensionales bien aplicados, nos exponen la caída y textura de los cortes sin necesidad “aparentemente” de tocarlos, resultando con ello una cadena virtuosa de estímulos sensoriales a la distancia y que directamente recuerdan las bondades del producto y prestigio de una marca, ayudando con esto a revitalizar una industria castigada en el 2020, pero que se supo reinventar y proyectar de forma internacional. 

El mundo online podrá ser intimidante y en algunos casos aún incipiente, de hecho, invertir en una feria digital también tiene su riesgo, como es el no poder controlar el ambiente, ya que los asistentes pueden distraerse de muchas maneras, desde una llamada en su celular, mensajes o notificaciones en los dispositivo electrónico, interferencia en el internet o simplemente porque deciden abrir otra ventana en sus computadoras, en pocas palabras, la concentración de la audiencia está en constante peligro, de ahí que la “novedad” es clave para evitar en la medida de lo posible que el visitante pierda interés. 

Contar con patrocinadores para un evento virtual es más complicado que para uno presencial, pero sí grandes firmas de moda se han animado hacerlo y les ha resultado de forma lucrativa, tal vez llegó el momento de apoyar esta clase de marketing no sólo porque es más económico, sino porque es una buena opción para un mundo aún azotado por el COVID-19, que transformó la historia de la humanidad. 

Las ferias digitales son el presente y el futuro inmediato de una promoción cercana, segura y más personalizada, que permite a los negocios continuar su evolución a través de un marketing favorable a la estructura y tamaño del oferente en cuestión, satisfaciendo tanto sus necesidades, como la de sus clientes cautivos y potenciales. 

Ferias virtuales, una realidad promocional que nos alcanzó, pero que a un “click” de distancia nos abre posibilidades benéficas y flexibles frente a un planeta que lucha por su propio restablecimiento, aunque sea por medio de una pantalla. 

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