Por Alejandro Díaz
os primeros días de noviembre se reunieron en Argel, capital de Argelia, -por primera vez desde abril de 2019- los representantes de la Liga Árabe para sostener una reunión largamente aplazada. No sólo el COVID impidió hacerla por dos años, también las diferencias religiosas (aunque todos los países árabes son mayoritariamente musulmanes, unos son chiítas y otros sunníes) y sus políticas marcan profundas diferencias entre países. Hay de los teóricamente democráticos a los profundamente autoritarios pasando por muchas tonalidades intermedias. Algunos con tendencia izquierdista (Argelia, Libia) y otros monárquicos (Marruecos, Jordania).
Se debe destacar que la inauguración del evento fue en el día en que conmemoró Argelia su independencia de Francia hace 60 años. Es el país árabe más grande en población, el más extenso de África y un productor importante de petróleo y gas. Su principal interés en esta cumbre siempre fue la causa palestina y por ello es quien encabeza acusaciones a Israel por la violencia contra los habitantes de Gaza, por la ocupación de territorios oficialmente palestinos y por su expansión en asentamientos ilegales. Previo a la cumbre la diplomacia argelina logró que la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y Hamas alcanzaran un entendimiento para presentarse unidas a la cumbre.
La Liga Árabe, formalmente Liga de los Estados Árabes, es un grupo de 22 naciones que tienen como idioma preponderante el árabe. Hay que tener presente que la identidad basada en el idioma es un fuerte aglutinante si se le añaden ingredientes culturales. Sin dejar de lado sus importantes diferencias políticas, como región destacan tanto por su población (359 millones de habitantes), su extensión (13 millones de kilómetros cuadrados en conjunto) y por su riqueza (PIB de 2.7 billones de dólares, principalmente en petróleo y gas). Dentro del mundo de los organismos internacionales este grupo incide impulsando iniciativas conjuntas de la misma manera que lo hace el Grupo Latinoamericano, unido también por la cercanía geográfica y por la lengua (a pesar de que en Brasil se habla portugués, (Ver nota 1).
Esta trigésima primera cumbre árabe (37 según otras fuentes en internet) se llevó a cabo con la participación de 18 de sus miembros con las notables ausencias de Marruecos (que mantiene un diferendo con Argelia por su apoyo al Frente Polisario), Bahrain, Líbano (que vive un caos político momentáneo) y Siria, ésta última expulsada de la Liga hace 11 años. De los países que sí asistieron se presentaron 14 Jefes de Estado o de Gobierno: Argelia, Comoros, Egipto, Iraq, Jibuti, Emiratos Árabes Unidos, Libia, Qatar, Somalia, Sudán, Túnez y Yemen. Otros 4 fueron representados por su ministro de Relaciones Exteriores, otro alto funcionario o por algún miembro de la familia real: Arabia Saudita, Omán, Mauritania, etc.
Las asistencias que sí dieron relevancia fueron las de dirigentes de distintos organismos internacionales como la Unión Africana (Argelia es el país más extenso del continente), el Movimiento de Países no Alineados representado por Iliana Aliyev, Presidente de Azerbaiján, la Organización de Cooperación Islámica y la Organización de las Naciones Unidas representada por su Secretario General, António Guterres. También participaron representantes de Senegal y de Pakistán, ambos países musulmanes no árabes. La presencia de todos los anteriores le dio más realce que los propios representantes de los países miembros de la Liga.
La Liga Árabe manifestó su preocupación por la continuación de conflictos armados en Libia, Siria y Yemen, así como por las diferencias políticas entre países hermanos (por ejemplo entre Argelia y Marruecos o entre Arabia Saudita y Qatar) siguen siendo muestra de las profundas divisiones que amenazan la eficacia de la Liga. Ésta incluso se encuentra dividida en cuanto a su relación con Israel: aunque se sigue declarando el apoyo a la causa palestina y el rechazo al uso de la violencia por parte de aquel país contra los palestinos, en especial en el área de Gaza. Como finalmente la actitud acerca de Palestina ha cambiado desde la creación de la Liga Árabe: ya ahora cinco países mantienen relaciones diplomáticas con Israel; además de los iniciales Egipto y Jordania, ahora también las establecieron Bahrein, Emiratos Árabes Unidos y Marruecos, mientras Sudán sigue considerando seriamente establecerlas.
Debido a que las reuniones de la Liga Árabe son principalmente ceremoniales, Argelia no logró la reincorporación de Siria a la Liga a pesar de abogar en nombre de la unidad árabe. Sin embargo sí tuvo éxito al introducir en la declaración final la condena enfática del abuso de fuerza por parte de Israel, reafirmando la importancia de la cuestión palestina y el refuerzo del apoyo de todos los países árabes para lograr que Palestina normalice su posición internacional.
Un gran tema de preocupación fue encontrar cómo enfrentar la crisis alimentaria causada por la guerra Rusia-Ucrania. A pesar de que ésta impacta a muchos países de la región, no hubo mención de la agresión rusa: sin duda dominó la influencia permanente del gigante euroasiático en la región. Tampoco hubo declaración sobre la inquietud árabe por la interferencia militar de dos estados islámicos no árabes de la región: Irán y Turquía. Su presencia armada en varios conflictos regionales árabes preocupa aunque no quedó plasmada en las conclusiones. Se limitaron a insistir en fortalecer el papel de la Liga de Estados Árabes para prevenir y resolver las diferentes crisis por medios pacíficos, consolidando la dimensión popular, fomentando la participación juvenil e introduciendo la innovación en acciones árabes conjuntas.
También manifestaron su preocupación por la inflación creciente y externaron la necesidad de contar con formas de cooperación económica entre los países árabes. Se mencionó el objetivo de activar el Área Árabe de Libre Comercio como preparación para una Unión Aduanera Árabe. Muchos países árabes son ricos en petróleo y gas, pero otros no gozan de estas riquezas y pagan cada día más por la energía que utilizan.
Finalmente, se citó a una próxima reunión de la Liga de Países Árabes en Arabia Saudita en 2023.
Nota:
Los países latinoamericanos que integran el Grupo Latinoamericano son 19 con una población de 450 millones de habitantes, y están muy activos en los distintos organismos multilaterales.