San Petersburgo
Gloriosa ciudad
No hay ciudad más emblemática que ostente su grandeza en Rusia que San Petersburgo. Llamada la Venecia del Norte, la otrora capital del Imperio Ruso por dos siglos, fue fundada por el zar Pedro el Grande en 1703. El monarca ruso quería crear una ciudad imperial que nada tuviera que envidiar a las grandes capitales del viejo continente. Además, quería asegurar a su país la salida al mar Báltico, eso con fines defensivos y comerciales.
San Petersburgo es una ciudad puerto en el mar Báltico con un aire imperial, de grandeza, elegancia y aristocracia. La icónica estatua del jinete de bronce de la ciudad representa precisamente al fundador, Pedro I. Con una arquitectura soberbia, mostrando orgullosamente los “testigos” de un imperio, pero también los logros de la modernidad, San Petersburgo es la “Casa” del Hermitage, de la Catedral del Salvador de la Sangre Derramada o del legendario Teatro Mariinsky, por tan solo mencionar una pequeña muestra del tesoro artístico de esta ciudad.
San Petersburgo es una ciudad pujante, con una economía poderosa, centro político, financiero y un turismo cada vez más dinámico y al alza.
HISTORIA
El zar Pedro I es un personaje sumamente emblemático y controversial en la historia de Rusia. Cuando fundó la ciudad tenía en mente hacer de San Petersburgo una “ventana de Rusia hacia el mundo”, llamada así en honor al Apóstol Pedro, santo patrón de la ciudad. Fue capital del imperio ruso por 2 siglos y para que su edificación fuera semejante a las aspiraciones del zar, se requirió mucha fuerza laboral de todo el país y muchos recursos financieros. La edificación de esta bella ciudad inició en tiempos de guerra, por eso, la primera edificación fue un Fuerte militar, la Fortaleza de San Pedro y San Pablo, la cual aún se encuentra en la isla Zayachi, en la ribera del rio Neva. Asimismo, Pedro el Grande se inspiro en Venecia y prohibió los puentes permanentes sobre el rio Neva con el fin de que se pareciera al Gran Canal veneciano y de igual manera promovió la transformación de las calles en canales, tal como los de Ámsterdam. Su primera década desde la fundación fue impresionante en cuanto a edificaciones, infraestructura, drenajes, palacios, iglesias, etc. De estos tiempos data el Palacio Peterhof, la catedral de Kazán, el palacio-residencia de verano para la zarina Catalina y otras mansiones. Se construyeron centenares de puentes para cruzar los brazos del rio Neva y los canales añadieron mucho encanto a la ciudad.
Durante el siglo XIX llego a ser un importante centro industrial, de los más grandes y dinámicos de Europa.
San Petersburgo ha jugado un papel focal en eventos históricos de significante importancia. En 1917, tiempos de la revolución bolchevique, fue el centro de la Revolución rusa. Tiempo después, durante la Segunda Guerra Mundial, gran parte de las obras artísticas edificadas en la ciudad en el siglo XVIII fueron destruidas por órdenes específicas de Hitler, quien no podía aguantar y soportar la grandeza artística de esta ciudad, la cual en ese entonces se llamaba Leningrado, en honor a Vladimir Ilich Lenin, máximo estadista y líder del movimiento bolchevique. El cerco de la ciudad en estos tiempos bélicos duró 900 días, fue grande el sufrimiento de la población por los bombardeos y la imposibilidad de abastecerse, pero también lo fue su heroísmo. Terminada la Segunda Guerra Mundial, se pudieron rehabilitar las “joyas de la corona” de San Petersburgo y fue declarada “ciudad heroica.” Cuarenta y cinco años más tarde, con el desmantelamiento de la URSS, la ciudad recuperó su nombre, San Petersburgo, recobrando también la fuerza política, económica y belleza de antaño.
San Petersburgo es la segunda ciudad más grande de Rusia después de Moscú. Tiene una población de cinco y medio millones de habitantes y su legado histórico cultural, como el centro de la ciudad y varios otros monumentos anexos, forman parte del Patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESCO; un dato curioso es que precisamente Pedro I, fundador de la ciudad, fue quién mudo la Corte de Rusia a San Petersburgo, en donde se encuentra hasta el día de hoy.
CULTURA
En San Petersburgo se respira el arte, con más de 200 museos y galerías, ostenta su bien merecido nombre de “capital cultural de Rusia”. La gema más valiosa es sin duda el museo del Hermitage, con interiores de la antigua residencia imperial y una impresionante colección de objetos de arte.
Fundado por la zarina Catalina, esposa de Pedro en Grande, el Hermitage, el cual rinde un homenaje al arte ruso en particular, se extiende por una superficie que ocupa 6 edificios, uno de ellos siendo el Palacio de Invierno y tiene mucho simbolismo porque fue precisamente aquí done triunfó la revolución bolchevique de 1917. Cabe mencionar que el Hermitage cuenta con más de 3 millones objeto de arte, algunos abiertos al público, pero también con obras inéditas no disponibles para el público.
Particularmente, apartamentos o residencias de grandes artistas como Alexander Pushkin, Fiodor Dostoievski, Nikolai Rimski o Anna Ajmátova se han convertido en museos públicos. El talento del pueblo ruso es inmenso, casi no existe una rama, sean las ciencias, artes en todas sus facetas, o deportes, en donde no sobresalgan; su aportación al patrimonio universal es invaluable.
Otros museos e iglesias que bien valen la pena visitar son el Museo de Antropología y Etnografía de Rusia y el museo Fabergé, el cual cuenta con la colección más grande de las obras de orfebrería de Carl Fabergé. Otros museos que se encuentran en la ciudad incluyen el Museo Central Naval, el Museo de Historia de San Petersburgo y el Museo Estatal Ruso, este último fue el primer museo de Bellas Artes rusas fundado en 1895 por orden del zar Nicolas II, el cual exhibe arte nacional y religioso ruso y presenta la colección más grande de arte nacional ruso entre los siglos X y XXI.
Una mención especial para la Iglesia del Salvador de la Sangre derramada construida en memoria del zar Alejandro II, quien fue herido de muerte en este recinto como resultado del atentado de 1881. Por último, la catedral ortodoxa de San Isaac, la más grande de Rusia y la cuarta a nivel mundial, merece mención especial de igual manera.
Cada uno de estos históricos lugares son excelentes opciones para adentrarse y entender un poco más el talento, la idiosincrasia y la profundidad del alma ruso.
ARQUITECTURA
La mayoría de las edificaciones de San Petersburgo son de estilo barroco y neoclásico. Es una lástima que un gran número de estas obras fueran demolidas durante el comunismo, aun así, se preservaron muchos. El centro histórico de la ciudad y un conjunto de monumentos anexos a la ciudad son a partir de 1990, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
La avenida Nevsky es la arteria principal de la ciudad, situada en la orilla izquierda del rio Neva, a lo largo de esta gran avenida se encuentran el monasterio de Alejandro Nevski, el Pasaje, la iglesia católica de Santa Catalina, la Casa del libro, el Gran hotel Europe, la iglesia luterana de San Pedro y San Pablo, la biblioteca nacional rusa, el teatro Aleksandrinski, la catedral de Kazán, el Palacio Stroganov y la lista continua.
La estatua más emblemática, el “Jinete de bronce”, un monumento ecuestre del siglo XVIII, dedicado a Pedro el Grande, se encuentra en el sudoeste de la ciudad. En esta zona se encuentra también la bella catedral de la Trinidad, el legendario hotel Astoria, el teatro Mariinski y la catedral de san Isaac, la más grande de la ciudad.
La ciudad también presume de edificios modernos, ya que tiene tres rascacielos, la Torre líder (de 140m), Alejandro Nevsky (de 124 m) y Atlantic City (de 105 m), todos ellos se encuentran lejos del centro histórico para no romper la armonía arquitectónica histórica.
ALOJAMIENTO Y OCIO
El Gran hotel Europe, el cual goza de una ubicación céntrica, privilegiada, es una buena opción para hospedarse. Es un hotel moderno de cinco estrellas, el cual cuenta con todas las amenidades necesarias y pertenece a la cadena alemana Kempinsky. En la misma categoría de lujo se encuentra también el Hotel Astoria. Para opciones más económicas recomiendo el hotel Domina, situado muy cerca de la catedral de San Isaac.
La vida nocturna en San Petersburgo es muy animada. Restaurantes, bares, teatros, opera y el ballet son opciones muy buenas y atractivas para conocer la ciudad y su personalidad dinámica de noche. Para una experiencia gastronómica rusa puede visitar el restaurante “Katusha” o el “Pryanosti”, donde encontrará una buena muestra de platillos rusos como la ensalada rusa, los varényky o las tradicionales sopas rusas a precios muy razonables.
Cada año en San Petersburgo tienen lugar más de 300 eventos al aire libre y en escenario habituales. La “Fiesta de las velas escarlatas”, el “Maslenitsa” o el “Festival del Cine de San Petersburgo”.