Uruguay, la Suiza de América

Por Alejandro Díaz 

De todos los países de América Latina (AL), destaca la República Oriental de Uruguay. A pesar de su reducido tamaño posee cualidades que envidian todos: un alto nivel de vida, el más alto índice de Desarrollo Humano, una increíble democracia, así como su condición de ser uno de los países más seguros. También es de los más igualitarios (coeficiente de Gini: 0.39), con la menor corrupción y la alfabetización más alta de toda AL. Por esto, y por mucho más, a Uruguay lo han lo llaman “La Suiza de América”.

El Tratado de Tordesillas es el arreglo que más ha afectado a Uruguay aunque ya no esté vigente. Este país quedó marcado de por vida por este Tratado firmado en 1494 entre España y Portugal para repartirse las tierras por descubrir en el occidente del Océano Atlántico. Tratado pensado para evitar conflictos posteriores entre los países firmantes, pero que arrastró todos los defectos de una primitiva cartografía y del deficiente conocimiento del planeta. Estableció un límite muy poco claro: una línea (hoy la llamaríamos un meridiano) situado 370 leguas al occidente de las islas de Cabo Verde.
Al no precisarse exactamente que accidente geográfico, ni de qué isla, se haría el punto de partida de la medición, desde un principio hubo discrepancias que obligaron a varios acuerdos de corrección, hasta su anulación definitiva en 1777. Pero en los casi trescientos años que estuvo en vigor Tordesillas, el lugar que más sufrió sus indefiniciones fue la margen izquierda del Río de la Plata, donde hoy se encuentra Uruguay.
En 1680 los portugueses fundaron la Colonia del Sacramento en esa margen, prácticamente frente a Buenos Aires, en ese momento parte del Virreinato del Perú. Las fuerzas españolas, celosas defensoras del tratado de Tordesillas estimaron que los portugueses lo estaban infringiendo, ocuparon el emplazamiento, desarmaron a los portugueses y los invitaron a irse. Sin saber exactamente dónde estaba el límite de Tordesillas, las fuerzas españolas decidieron a ocupar toda la margen izquierda del Río de la Plata (entonces conocida como la banda oriental) hasta el océano Atlántico. Unas décadas después (1724) fundaron el puerto de Montevideo en la localización actual de la capital uruguaya.
Los principios del siglo XIX fueron azarosos para Uruguay: en dos ocasiones la banda oriental fue atacada por la flota inglesa, y cuando Montevideo fue capital provisional del Virreinato del Río de la Plata, fue sitiada por el libertador uruguayo Artigas, quien contribuyó para lograr la independencia de España de ambos países. Pocos años después (1821) toda la banda oriental fue ocupada por el ejército portugués, intentando anexarla formalmente al recientemente fundado Imperio Brasileño.
Esta ocupación obligó a quienes vivían en la banda oriental a luchar por una segunda independencia, ahora de Brasil. La lograron en 1828 cuando negociaron un Convenio Preliminar de Paz, con el que se estableció la frontera. Con ello, la Banda Oriental se constituyó en Estado Oriental del Uruguay, por el nombre del río limítrofe con Argentina. Casi un siglo después (1918) toma su actual nombre.
La República Oriental del Uruguay es un país fundador de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y de muchas de sus organizaciones (UNESCO, UNICEF, OMS, FAO, etc.), así como de la OEA, ALADI, ALALC y el MERCOSUR. Su historia no ha sido sencilla, han pasado por turbulencias interna e invasiones extranjeras (inglesa, argentina y portuguesa). Después de muchos años lograron la paz interna y convivir pacíficamente con sus vecinos, las dos super potencias locales (Brasil y Argentina), firmando acuerdos el súper acuerdo comercial MERCOSUR.
Si bien ahora se considera a Uruguay como una democracia ejemplar, los primeras décadas de la República fueron difíciles. Después de su segunda independencia no les llegó la paz automáticamente. Como en otros países latinoamericanos se desataron luchas intestinas por el poder y se expulsó a los últimos indígenas -los charrúas-, los poseedores de grandes extensiones de tierra. Sin embargo, a pesar de la inestabilidad política, de las guerras civiles y de las intervenciones militares por parte de sus vecinos, el país logró avanzar en educación, en sanidad y en Estado de Derecho.
En los albores del siglo XX (1903), el presidente José Batlle y Ordóñez introdujo reformas que privilegiaron un estado de bienestar y reformaron la economía. Revitalizó la agricultura, la ganadería y el comercio, inició la industrialización y los ferrocarriles. Tuvo por años el edificio más alto de América Latina y el estadio de fútbol más grande del mundo, ganando en este deporte en las olimpiadas de Paris y de Ámsterdam, así como dos de los primeros campeonatos mundiales de fútbol. Por años fueron uno de los mayores exportadores mundiales de lana y de carne de bovino.
A pesar de contar con un Ejecutivo plural, no impidió que al presidente Luis Alberto de Herrera en 1933 le estallara una crisis social que condujo a un autogolpe de Estado, disolviendo la Asamblea General y comenzando a gobernar a base de decretos. A pesar de que en 1938 se restauró el orden constitucional, los efectos de la Segunda Guerra Mundial y la crisis de la postguerra afectaron gravemente la economía popular, lo que condujo en los 60’s a la aparición del grupo guerrillero de los Tupamaros que alteró el orden mediante asaltos a bancos, secuestros y asesinatos. A causa de la actividad guerrillera, el presidente Pacheco declaró el estado de emergencia y más tarde suspendió las libertades civiles, conduciendo a que su sucesor, Juan María Bordaberry, disolviera el parlamento en 1973 y estableciera una dictadura cívico-militar que tres años después lo depone. Tras tres presidentes provisionales nombrados por los militares, en 1985 se convoca a elecciones saliendo triunfante Julio María Sanguinetti, quien comenzó la larga serie de transiciones presidenciales pacíficas hasta el día de hoy.
Entre los presidentes que ha tenido Uruguay desde 1985 no sólo hay de los partidos tradicionales (el Nacional o Blanco y el Colorado) sino también del izquierdista Frente Amplio donde participaron incluso exguerrilleros. La democracia uruguaya recuperó su antiguo esplendor, aunque su economía tardó 20 años más en recuperarse, ya en tiempos de Tabaré Vázquez del Frente Amplio.
Geográficamente la República Oriental del Uruguay limita al noreste con Brasil, al oeste con Argentina, al sur con el río de la Plata y al oriente con el Océano Atlántico. Su superficie es de 176 215 km2 (casi del mismo tamaño que Sonora) y es el segundo país más pequeño de Sudamérica. Su población es de 3,474,000 habitantes (est. 2022). Debe destacarse que tiene más de seis millones de ovejas y doce millones de ganado vacuno.
Además de la actividad ganadera, sus recursos económicos son la agricultura y la silvicultura; y le son escasos los recursos minerales y energéticos. Sus principales industrias son las del papel y el cartón, el cemento y la refinación de petróleo. Precisamente por la carencia de combustibles fósiles, a partir de 2007, en adición a las hidroeléctricas, se incentivó la inversión en generadoras ecológicas (eólicas, solares y de biomasa) hasta producir un 98% con energías limpias. Con 6,140 MW exportan 640 MW a Brasil y 2,900 MW a Argentina (comprando a este país energía en ciertas horas).
Entre los lugares más turísticos de Uruguay están:
Punta del Este, el balneario más cercano a Buenos Aires y lugar de reunión de múltiples congresos internacionales.
Las aguas termales del acuífero Guaraní. Son seis termas consecuencia de un fallido intento por hallar petróleo.
Colonia del Sacramento, ciudad fundada en 1680 por  portugueses y luego ocupada por españoles. Tiene numerosos edificios coloniales.
La ciudad de Montevideo, capital del país, con numerosos edificios notables, grandes plazas, hermosos barrios y fantásticos paseos.
Sus bodegas con viñedos, hay 13 cerca de Montevideo.
URUGUAY, LA SUIZA DE AMÉRICA
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