Científicos e inmigrantes

Por Diva Sansanwal.

Científicos e inmigrantes

En Alemania, donde la inmigración sigue siendo un tema conflictivo, el éxito de dos científicos de ascendencia turca fue motivo de celebración. El Dr. Sahin y la Dra. Türeci, marido y mujer y director ejecutivo y director médico de BioNTech, respectivamente, son los dos científicos principales detrás de la vacuna de ARN mensajero (ARNm) de Pfizer-BioNTech. Junto con ellos, se encuentra una científica de origen húngaro aún más interesante, conocida como la madre de la vacuna contra el COVID-19, Katalin Karikó. 

     En los 1980’s, Karikó tuvo una idea y sonaba muy sencillo en papel: En el mundo natural, el cuerpo depende de millones de proteínas diminutas para mantenerse vivo y saludable, y usa ARNm para decirle a las células qué proteínas deben producir. Si pudiera diseñar su propio ARNm, podría, en teoría, hackear ese proceso y crear cualquier proteína que desee: anticuerpos para vacunar contra infecciones, enzimas para revertir una enfermedad rara o agentes de crecimiento para reparar el tejido cardíaco dañado. 

     Después de enfrentar problemas financieros en Hungría comunista, Karikó fue a EE.UU, University of Pennsylvania, para hacer el doctorado en 1985 y jamás regresó. Aunque hoy en día parezca increíble, durante toda una década, nadie apoyó la idea de Karikó: hacer tratamientos y vacunas basadas en la molécula del ARN, exactamente la misma que usan la vacuna de Pfizer-BioNTech contra el COVID-19. Fue rechazada por varias empresas multinacionales como Merck & Co (MSD), centros de investigación, fundaciones, etc. hasta encontrarse con Drew Weissman, un científico recién llegado que venía del equipo de Anthony Fauci, actual director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas en los EE.UU. Weissman quería la vacuna contra el virus del sida y acogió a Karikó en su laboratorio para que lo intentase con ARN mensajero. Juntos llevaron a cabo varios experimentos sobre ratas de laboratorio con éxito, pero su trabajo volvió a ser ignorado durante años hasta que se encontró con el Dr. Sahin en 2013, tras casi 40 años de trabajar en las sombras, y fue solicitada por BioNTech, de la que hoy es vicepresidenta.  

     “Sentí que era el momento de cambiar y pensé que podía aceptar el puesto para asegurarme de que las cosas iban en la dirección correcta”, dice Karikó. La vacuna de BioNTech, desarrollada junto a Pfizer, ha demostrado una eficacia de al menos el 94%. Su idea era un obstáculo real, pero Karikó estaba convencida de que podía solucionarlo. Todos esos años de arduo trabajo dieron sus frutos y su pequeña idea salvó al mundo de una pandemia mortal.

 Referencias:

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